Sinopsis: Durante crisis fronteriza entre Colombia y Venezuela, una joven indígena roba a los viajeros que siguen los senderos. Pero el destino la empuja al límite de su ilusión en sueños misteriosos.
Título original: La Frontera (2019)
Género: Drama
Duración: 1h 30min
País de origen: Colombia
Nadie es una Isla
Ambientada en la Guajira colombiana, en la frontera entre Colombia y Venezuela, “La Frontera” analiza las diferencias entre países vecinos, pero también nuestros conflictos internos. La protagonista Diana, vivida por la debutante Daylín Vega Moreno, vive de salir a la carretera con su marido y su hermano. Ella vive en la misma casa desde que era niña y no conoce otro mundo que ese.
Cuando su esposo y su hermano desaparecen, Diana se encuentra inicialmente en una soledad extrema, pero la llegada de forasteros la hace reconstruir todo lo que había perdido en el proceso de aridez al que se enfrentó a lo largo de los años y que se ha convertido en parte de su personalidad.
“La Frontera” no es una película sobre cambios y nuevas perspectivas de la vida en un sentido superficial, como podemos seguir en algunas narrativas, en las que la inserción de uno o más personajes cambia por completo la vida de nuestro héroe o heroína, incluso porque Diana está lejos. de ser una heroína tradicional. Sin embargo, podemos decir que es una película sobre encuentros.
El joven colombiano David David, director de la película, ya ha recorrido varios festivales latinoamericanos y llegó al Festival de Gramado con cierto reconocimiento. Es interesante porque a pesar de estar al inicio de su carrera, David muestra una dirección madura y segura. La relación que se establece entre los Wayuu (personas que viven en la frontera colombiana – de la cual su protagonista es parte) y los demás personajes presenta un tema sensible y de emergencia, sin que éste gane toda la estructura de la película.
Así, David logra hacer una película política por su trama, pero explora las peculiaridades y rupturas de los personajes. La compleja relación entre Venezuela y Colombia está evidentemente entre los temas tratados, pero el centro es Diana.
De hecho, hay que decir que sus pesadillas surrealistas son mucho menos aterradoras que la realidad. El tono tierra que acompaña a casi todos los cuadros da idea de una figura que ha sido abandonada muchas veces. Así, Diana se acerca al espectador a través del miedo y el dolor. No por lástima, sino por identificación.
Debido a la dureza que aprendió a cultivar, el personaje no siempre es capaz de entender el afecto cuando aparece. No hay forma de culparla. Escapar, a veces, parece ser la única solución a algunos problemas.
Es posible que la angustia sea una de las palabras para definir “La Frontera“. La película es lenta, y esta es la primera vez que uso esa palabra no como crítica, sino como cumplido. Allí, en medio de la Guajira, este parece ser el tiempo que marca el ritmo: el vacío.
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